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By MetroVoley

ESPECIALES: CLAUDIA GONZÁLEZ Y SU NUEVA VIDA JUNTO AL VÓLEY ADAPTADO

15 años jugando en el mejor nivel internacional, con pasos por España e Italia, y muchos títulos a nivel local con Boca y Ciudad de Buenos Aires, le dieron a Claudia González la posibilidad de destacarse en la Selección femenina mayor. Todo indicaba que “La Flaca”, como es conocida en el ambiente, seguiría su exitosa carrera luego de ser mamá por segunda vez, pero su vida dio un vuelco radical en el año 2000: una grave lesión en su pierna derecha la alejó de las canchas, la llevó a retirarse forzadamente y le cambio la vida para siempre.

“Estaba entrenando con normalidad y de repente sentí el crack en la pierna, me fracturé sola”, cuenta Claudia, quien se encontraba volviendo a moverse luego de ser mamá por segunda vez, en agosto del 2000. La fractura en su tibia derecha, producto de un tumor óseo, la llevó a operarse y a estar 4 años sin poder apoyar la pierna, dependiendo del uso de muletas y decidiendo optar por un trasplante. En 2004, luego de recibir un reemplazo total en su rodilla derecha, su vida se normalizó, en cierta forma, pero se mantuvo alejada de toda actividad relacionada al vóley.

“Quería que me cortaran la pierna, no soportaba más el dolor; en medio de toda la depresión sentí ganas reales de que me amputen”, cuenta, pero sus hijos, su esposo y su trabajo le dieron fuerzas para seguir.  Complicaciones, rechazos de la prótesis por parte de su cuerpo, dolores y sentimientos pesimistas quedaron a un lado cuando, muchos años después, retomó la actividad física: “A fines del 2014 empecé a practicar una variante del Yoga, algo totalmente desconocido para mí, paralelamente con sesiones de coaching, lo que me hizo sentir totalmente renovada; volví a sentir que podía hacer una vida normal” reconoce.

Distintas circunstancias la llevaron a acercarse a la Federación, entrando en contacto con Laura Cometto y Horacio Gómez, los encargados del desarrollo del paravóleibol, con quienes Claudia accedió a colaborar en la difusión de las actividades y los centros de desarrollo en Ciudad de Buenos Aires y alrededores. Lo que ella no sabía era que iba a sentirse tan plena al primer contacto con la pelota, lo que llegó exactamente 6243 días luego de su lesión, en un entrenamiento en Lomas de Zamora: “Cuando salí de ahí estaba tan feliz que no lo podía creer; volví a tocar la pelota y sentir la adrenalina de jugar después de 17 años.  La sensación corporal de jugar (al sitting volley) es la misma que la de jugar al vóley con la excepción del salto; no sentía que no tenía las piernas y que estaba jugando sentada”, admitió.

“Me encantó la propuesta de Laura y de la Federación, me sentí super involucrada desde el primer momento”, admite la Flaca, quien será desde ahora la abanderada del sitting volley en nuestro país, con la Copa Argentina a disputarse este fin de semana en Ezeiza como el primer evento a nivel nacional de la disciplina. “El deporte, más allá de lo competitivo y lo que uno pueda trascender o no, es sanador, contenedor e iguala las posibilidades de todos, le da la posibilidad a todos de tener un lugar” finalizó.